En Japón se colocan campanas de viento durante el mes de junio para dar la bienvenida al verano. Queda mucho para eso, pero le antecede otra estación que bien se merece un ritual parecido. En este caso no construiré una campana de viento (ya me gustaría) pero si un carrillón de cuentas de colores. Se puede realizar con conchas, llaves metálicas, cristales...

En este caso necesitarás: cuentas de colores, hilo de coco o alambre, un palo o rama del que atarlo, campanillas, cascabeles... Y tus manos, claro.

Introduce las cuentas en el alambre o en el hilo de coco con la secuencia que te guste o de manera aleatoria.

Ata cada alambre al palo de bambú o rama que tengas. Y ata en los extremos dos cuerdas que unirás formando un triángulo para que puedas colgar el carrillón de donde quieras.

Deja que el aire y el sol hagan su trabajo.